20 jul 2025
Panorama electoral y desafíos económicos
En apenas un mes Bolivia celebrará elecciones generales, en medio de un clima de insatisfacción popular, que periódicamente da lugar a disturbios.
Se prevé que la elección presidencial requiera una segunda vuelta en octubre que, si las encuestas aciertan, se dirimirá entre dos candidatos de centro derecha, Samuel Doria Medina (19,6% de la intención de voto) y Jorge Quiroga (16,6%). Esto obedece, por una parte, al voto de castigo contra la gestión económica del Gobierno actual y al escaso impacto de la campaña del principal candidato de izquierdas, el presidente del Senado Andrónico Rodríguez (13,7%). Los dos candidatos de derechas proponen soluciones económicas parecidas: buscar el apoyo financiero del FMI, devaluar la moneda, reducir los subsidios a los combustibles e incentivar la inversión privado.
Por lo que respecta a las elecciones legislativas, lo más probable es que el próximo parlamento esté aún más fragmentado que el actual. Además, es muy posible que se registre una importante abstención, entre otras cosas porque el expresidente Evo Morales, cuya candidatura fue descalificada por el tribunal constitucional , ha llamado a la abstención o el voto nulo, aparentemente con la intención de poner en cuestión la legitimidad de los propios comicios. Sus partidarios han organizado protestas recurrentes, incluyendo cortes de carreteras que han generado cuantiosas pérdidas económicas y han provocado escasez de bienes en varias regiones.
La economía boliviana atraviesa un momento crítico. Se espera que el crecimiento alcance este año poco más de un 1%, y podría entrar en recesión en 2026. Hay escasez de combustibles y alimentos, y la inflación podría alcanzar dos dígitos a finales de año. Si no se acometen medidas de control fiscal, se estima que el déficit público se situará en torno al 7,6% este año y los siguientes, lo que pondrá en graves dificultades la capacidad de pago del país y continuará ahuyentando a los inversores. Las reservas internacionales han experimentado una caída muy importante en los últimos años y se encuentran en mínimos históricos. Por este motivo y por las dificultes de acceder a financiación, el país está sufriendo serias presiones de liquidez externa.