26 jun 2025
Las pymes redirigen su financiación: menos circulante, más inversión
Un cambio en el uso de los recursos financieros sugiere una mejora en la salud económica del tejido empresarial español ya que solo cuando el negocio avanza de manera sólida, las pequeñas empresas pueden obviar sus problemas de supervivencia para impulsar su crecimiento.
Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Durante años, las pequeñas y medianas empresas españolas han destinado la mayor parte de la financiación obtenida a cubrir necesidades de circulante: garantizar liquidez para el día a día, pagar nóminas, adquirir materias primas o hacer frente a obligaciones fiscales. Sin embargo, este patrón está empezando a cambiar. Cada vez son más las pymes que destinan parte de los fondos que obtienen, ya sea a través de créditos bancarios, instrumentos públicos o financiación alternativa, a proyectos de inversión. Y ese viraje es, en muchos sentidos, una señal positiva.
Informes recientes como el publicado por el Banco de España y análisis de entidades financieras como CaixaBank constatan esta tendencia: por primera vez desde hace más de una década, el porcentaje de pymes que utilizan la financiación para invertir en activos productivos, digitalización, ampliación de capacidades o expansión internacional está creciendo de forma sostenida.
Según datos del Banco de España, la inversión de las pymes ha experimentado un "menor dinamismo que la de las grandes empresas durante el último año", fenómeno que se espera que continúe durante los próximos doce meses. Sin embargo, se observa un cambio en la orientación de la financiación, con un aumento en la proporción destinada a inversión en lugar de circulante.
Este cambio responde a varios factores. En primer lugar, una mejora general en la salud financiera de las pymes tras los años de incertidumbre provocados por la pandemia. Si bien muchas empresas sufrieron caídas abruptas de ingresos durante 2020 y 2021, la recuperación progresiva del consumo, el impulso de los fondos europeos Next Generation EU y el acceso más diversificado a fuentes de financiación han permitido estabilizar sus cuentas.
A ello se suma un entorno que, pese a la subida de los tipos de interés, sigue siendo relativamente favorable para la inversión. Las condiciones de acceso al crédito, especialmente gracias a instrumentos públicos como las líneas ICO, siguen siendo competitivas para muchos sectores, y las alternativas de financiación, como el capital riesgo, el crowdlending o los fondos europeos, abren posibilidades que antes eran marginales.
Digitalización, sostenibilidad y expansión
Entre los principales destinos de esta nueva inversión destacan tres grandes áreas: digitalización, sostenibilidad y expansión geográfica. Las pequeñas empresas están invirtiendo en herramientas de gestión, automatización de procesos, comercio electrónico y ciberseguridad. También crece la inversión en eficiencia energética, energías renovables y adaptación a normativas medioambientales, en muchos casos incentivadas por subvenciones o exigencias del mercado.
La tercera gran línea de inversión es la internacionalización. Aunque aún son minoría, cada vez más pymes se atreven a buscar nuevos mercados, tanto en Europa como en América Latina o África. Las herramientas de apoyo a la exportación, los acuerdos comerciales y las redes digitales han reducido algunas de las barreras tradicionales a la expansión exterior.
Pese a la tendencia positiva, el acceso a financiación sigue siendo desigual. Las microempresas -que suponen más del 90% del tejido empresarial español- siguen enfrentando mayores dificultades, tanto por su tamaño como por la escasa profesionalización de su gestión financiera. Además, la banca ha endurecido ciertos criterios de riesgo en los últimos trimestres, y no todas las pymes logran presentar planes de inversión sólidos que convenzan a los financiadores.
Aun así, el cambio estructural parece consolidarse. Incluso en sectores tradicionalmente más conservadores, como la construcción o el comercio minorista, se observa un leve aumento en la proporción de financiación destinada a inversiones. Esto no solo es reflejo de una mayor confianza empresarial, sino también del impacto de nuevas generaciones de empresarios más familiarizados con la tecnología y con una visión más ambiciosa de crecimiento.
Un cambio que beneficia a todos
Que las pymes españolas dediquen más recursos a la inversión no es solo una buena noticia para ellas. Lo es también para el conjunto de la economía. Significa más innovación, mayor productividad y un tejido empresarial más resistente a los vaivenes del ciclo económico. Además, la inversión suele generar más empleo de calidad y efectos indirectos positivos en otros sectores. De hecho, una pyme que invierte en modernizar su maquinaria, ampliar su capacidad o mejorar su presencia digital no solo mejora su competitividad. También dinamiza a sus proveedores, genera demanda de servicios profesionales y eleva el nivel general del ecosistema económico.
Los datos son aún incipientes, y quizá sea pronto para hablar de una transformación definitiva. Pero sí parecen indicar que algo está cambiando en la cultura financiera de las pymes españolas. De sobrevivir a crecer. De resistir a transformar. De mirar el presente a planificar el futuro.
Te podría interesar
Contacta con nosotros
Envíanos tus datos mediante este formulario y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible.
Estaremos encantados de ayudarte.
Solicita información
Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo